¿Cómo afecta el funcionamiento de la memoria en nuestras declaraciones?. No podemos pensar en el funcionamiento de la memoria como en aquello que nos es útil para recordar de forma fidedigna lo que hemos visto u oído. La memoria tiene mucho que ver con los conocimientos previos, con el contexto en el que se aprende, con las emociones y nunca es, realmente, fidedigna.
Es evidente que una persona con pensamientos racistas tenderá a ver y a presumir, incluso ante una situación inocua para la mayoría de las personas, una actuación negativa del sujeto en cuestión.
Cuestión aparte, per relacionada, se da en las testificales. Todos en la sala pretenden que tanto los actores del proceso, como los testigos, contesten de forma ordenada y coherente a pesar de que ni la vida, y aún menos la memoria, está tan ordenada. Labor nuestra, como abogados, será preparar a nuestro cliente y a los testigos para que expongan aquello que recuerdan (al fin y al cabo la verdad, o, al menos, su verdad) de forma comprensible, ordenada y, evidentemente, creíble. Aquí la psicología del testimonio nos ayuda a manejar el problema de la ductilidad de la memoria. No se trata de inventar, más bien al contrario, sino de ordenar aquello que hemos vivido intentando ceñirnos a lo que recordamos de forma coherente y comprensible para terceros que son a quienes va destinada nuestra declaración.