Cada vez es más habitual que la gente utilice la IA para realizar un contrato de compra, de arras, de alquiler o de cualquier tipo y esto que no se puede dudar tiene ciertas ventajas también tiene importantes inconvenientes sobre todo en manos de personas ajenas al derecho.
La IA es una herramienta que puede permitir realizar un contrato a cualquiera conforme lo que se le solicite. La IA buscará algún modelo igual o similar a aquello que le estamos pidiendo. Primer problema, la IA buscará en la red, pero no podrá acceder a las páginas especializadas que la mayoría de los abogados manejamos (previo pago). Es decir, en primer lugar, su acceso a los datos no se puede asegurar que sea un acceso de calidad ni mucho menos. Y no sólo eso, la IA potenciará aquella respuesta que tenga que ver, con casi total seguridad y sino tiempo al tiempo, con sus anunciantes (con los que pagan).
En segundo lugar, un abogado no sólo le realizará el contrato, sino que realizará el contrato con las características que, conforme su experiencia y conocimientos, sea el adecuado para su caso concreto. No sólo es conocer las leyes aplicables, también es conocer su aplicación, es decir la practica de estas.
Tercero, cuando ustedes solicitan a la IA que les realice un contrato que pretenden que sea válido jurídicamente y para ello le dan una serie de datos, están asumiendo que el contrato resultante ya estará bien, al igual que si lo realiza un abogado, pero a diferencia de la IA un abogado no sólo cobra por hacer el contrato sino, sobre todo, por garantizar que sea un contrato correcto, válido y a la medida de sus necesidades. Es decir, el abogado es también responsable de que aquello que hace sea correcto, la IA es evidente que no. ¿Podrá usted demandar a la IA por un contrato cuyo contenido le perjudique?
Cuarto, para un abogado usted es su cliente, para la IA no. Y eso no es ninguna cosa sin importancia, al contrario, eso supone aplicar una perspectiva muy distinta. Para su abogado usted no es igual que el otro contratante, por ejemplo. Como abogado no debería ni mentir ni engañar a nadie, pero es evidente que pretenderá, por encima de todo, el beneficio de su cliente.
Al final es un tema muy sencillo a mi parecer, cualquiera de ustedes en su profesión (por sencilla que parezca) sabe cuan importante es la experiencia y su conocimiento adquirido y aplicable a su sector y que diferente es la perspectiva del neófito que por mucho que pida ayuda a la IA es más que probable que, por ejemplo, ni haga las preguntas correctas y que ni siquiera solicite lo que realmente le conviene.
Nadie puede conocer el futuro, pero sería de extrañar que el futuro de la abogacía, en lo que tiene de conocimiento social, personal y complejo, pueda ser sustituida por un chat de IA.